La cosa va de Reyes Magos que recorren el mundo en una noche en camello y de un dulce anciano que vuela kilómetros y kilómetros en un trineo tirado por renos, normal que necesiten ayuda porque ese trajín no hay cuerpo que lo resista por muy mágico que seas...
¿Qué pintamos los padres en todo esto? Pues el papelón de nuestra vida haciendo recados, contactando con elfos, pajes... movilizando hasta al último reno para que cada uno de los deseos de nuestros hijos llegue a casa en el momento en el que debe llegar... y no es tarea fácil.
Por eso he creído importante dejar esta entrada en el blog, porque después de buscar y leer unos cuantos artículos todo lo que he encontrado va enfocado a como decir esa frase con suavidad o se debate entre el bien o el mal de si es bueno que lo sepan y cuando deben saberlo... yo esperaba encontrar una respuesta a la manera de hacer que la verdad no fuera desilusión si no más bien un cambio a mejor.
Si estás en ese momento crucial en el que tu doble vida navideña ha sido descubierta por tus "dulces retoños" aquí te dejo algunas ideas para hacerlo más llevadero y que no se pierda la magia que tanto te ha costado sembrar estos años.
Plan 1:
Corre una carta por la web muy bonita donde explica de forma muy tierna el papel de los padres en todo esto. Yo la tuve preparada durante un tiempo pero creo que esperé demasiado... quizá esa carta es mejor darla cuando empiezan a sospechar tal y como dice en ella, sobre los 7 años o la primera vez que pregunten por ello. Mi hija nunca preguntó directamente por ello porque estaba tan convencida de su existencia que lo defendía a capa y espada en el momento en el que algún niño le insinuaba que eso podía ser así, quizá por eso se me pasó el momento adecuado de entregarle la carta. Pero si pudiera volver a elegir, sin duda, optaría por esta manera tan mágica de contarle "la verdad".
Así que si estás en ese momento en que no sabes que hacer aquí te la dejo para que puedas tirar de ella y hacer de este momento algo muy bonito para recordar juntos.
Plan 2:
No digas nada.
Mantén la calma, tu no sabes nada de ese tema, nadie te habló nunca de ello y te parece un disparate lo que te está preguntando tu hij@. Con un poco de suerte conseguirás disuadirlo durante un tiempo para poder seguir con tu compleja tarea en busca del regalo perfecto.
A mi personalmente no me acaba de convencer este plan porque creo que nuestros hijos son pequeños pero mucho más listos de lo que creemos... y que si lo que queremos inculcarles es que la magia está en compartir momentos e ilusión y no les cuentas nada de lo que te están preguntando, te ves obligado a poner una "barrera" entre tus peques y tu para evitar "situaciones difíciles de explicar". Pero aún así soy consciente de que son muchos los padres que optan por esta opción y la respeto totalmente por lo que os la dejo aquí y además le doy el segundo puesto porque se que es uno de los planes más seguidos.
Plan 3:
Si ya no hay más remedio y ves que digas lo que digas puede utilizarse en tu contra acepta que ha llegado el momento y sincérate, ser ayudante de Santa y de lo Reyes Magos no es cualquier cosa y también está bien que podamos compartir un poco de ello con lo que más queremos en la vida.
Si lo enfocas así, le das la vuelta al asunto y tu peque seguirá sintiéndose protagonista en estas fechas pero está vez con un papel más importante... "Ayudante Mágico Real" o como quieras llamarlo ;).
Hazlo bonito, mide tus palabras y deja que sea el o ella el que decida con su reacción si quiere formar parte de el bando de los mayores que ayudan a repartir ilusión o si por el contrario prefiere seguir en la inocencia aunque ya conozca la realidad.
Si ves que necesita saber más y sientes que así debe ser puedes darle el papel principal para que se sienta especial... comparte ese momento con el o ella, hazle participe de la elección, de la preparación o de la organización de algún "acto" familiar que tengáis como tradición o de algún regalo para alguien de la familia... ( esto funciona muy bien cuando hay hermanos pequeños).
Si siente que puede aportar más magia a estas fechas es como si pasáramos a un nivel todavía más bonito y no hacemos de esto algo que le pueda apenar o quitar un poco de ilusión.
Plan 4:
Lo admito pero nunca lo verás.
Otra de las opciones es esa... no quieres mentir a tu peque pero tampoco quieres que lo sepa del todo.
Esta opción me gusta mucho porque hace que no se pierda la confianza entre padres e hijos al ser sinceros unos con otros y al mismo tiempo podemos seguir haciendo nuestro papelón navideño como si nada se hubiese desvelado, aunque tengo que admitir que en nuestro caso hemos seguido el plan 3 porque también nos apetecía compartir esos momentos con ella y así sentíamos que debíamos hacerlo.
También tiene mucho que ver la edad del niño, en nuestro caso Yaiza ya tiene 10 años y ella misma pidió "ayudar a ser elfo", imagino que si esto hubiese pasado hace unos años seguramente me habría decantado por el plan 4 y de manera indirecta de alguna manera llevo años siguiendo el plan 2, ya que cada vez que escuchaba a mi hija o alguna de sus amigas decir algo relacionado con el tema me hacia la sorda como si aquello no fuera conmigo.
Con esto quiero decir que la manera que tu elijas será la correcta y que hagas lo que hagas estará bien.
Lo único realmente importante es que sea cual sea vuestra elección nunca se pierda la ilusión por estas fechas y el verdadero significado de la Navidad, porque así dejaremos un buen legado para que nuestros hijos sigan la tradición con sus pequeños y recuerden este momento como algo bonito.
¡Felices fiestas!