Este verano estuvimos en Morella, un pequeño pueblo con mucho encanto.
Morella pertenece a la asociación de los pueblos más bonitos de España, y es que está repleto de rincones preciosos capaces de cautivarnos con sus encantos y con cada una de las piedras que forman su muralla medieval que hace que dar un paseo por sus calles al atardecer se convierta en toda una experiencia.
Ya desde lejos, cuando ves el pueblo rodeado de sus murallas y presidido por el castillo, es una imagen de postal.
Pero más que hablaros de las maravillas de Morella, mi intención es explicaros como organizamos nosotros los dos días que pasamos allí para ver y disfrutar todo lo que nos ofrece este increíble paraje.
Fue en agosto cuando pasamos por allí, por lo tanto intentamos centrar las visitas a primera hora y a última de la tarde, dejando el resto del día para disfrutar de su gastronómica, que no es poca la que nos ofrece.
Lo primero que hicimos al llegar fue alojarnos, en nuestro caso escogimos una estupenda casa en la calle central de Morella, no os voy a engañar... nuestra intención era hospedarnos en hotel pero cuando hicimos la reserva, con dos días de antelación, ya no quedaban habitaciones libres por menos de 500€ la noche así que decidimos alquilar por booking.com y la verdad es que fue todo un acierto porque la casa estaba al detalle y nos salió por 250 la noche en pleno agosto.
Como llegamos a medio día comimos en uno de los restaurantes en la misma calle, hay muchos donde elegir.
Después de descansar un poquito, salimos a pasear aprovechando el atardecer y nos acercamos al jardín de los poetas, uno de los rincones más desconocidos de la ciudad, es el lugar de homenaje a los poetas vinculados con Morella.
Se encuentra a los pies del Convento de San Francisco (que por cierto estaba cerrado por reformas y no pudimos visitar).
Lo bonito de Morella son sus calles, sus casas... disfrutar de las vistas de sus miradores...
Indispensable si pasas por allí entrar en uno de sus hornos de pan y probar sus dulces típicos, Els Flaons, una exquisitez.
Una de las maravillas que puedes hacer en Morella es recorrer sus calles de noche buscando las entradas de su muralla.
Para ello te recomiendo que elijas una noche tranquila.... los fines de semana puedes encontrar despedidas de solteros, cumpleaños.... y varias fiestas que le dan más vidilla al pueblo pero le quitan ese encanto del que te hablo.
Lo que no puedes dejar de ver si vas a Morella es la joya de la corona, su castillo,
además de uno de los más visitados de la región.
Se encuentra sobre la “mola” presidiendo el casco histórico de la población y con el paso de los siglos ha sido habitado por diversas culturas hasta la actualidad.
La muela donde se asienta ha estado habitada desde el Neolítico, época de la que se han encontrado restos. A medida que pasaron los siglos, se fue creando la fortificación que ha ido creciendo poco a poco hasta tomar la forma actual.
Para visitar el Castillo de Morella se accede desde el Convento de San Francisco, que está en ruinas y cuando nosotros fuimos estaba cerrado.
Al entrar lo primero que ves es una plaza de toros y si tienes suerte puede que estén los mozos del pueblo con las vaquillas. A nosotros, que no estamos acostumbrados a ver ese tipo de festejos, nos pareció algo curioso.
El castillo cuenta con tres niveles y para llegar al último hay que subir y subir... así que si vais con peques nada de carrito y tirar de mucho brazo 😅...
A lo largo de su recorrido podrás encontrar la estatua de bronce del General carlista Cabrera , el Palacio del Gobernador, una exposición con la historia del castillo de Morella y los principales personajes que han tenido importancia y relevancia en esta fortaleza que cuenta con varios siglos de antigüedad.
Tambien se pueden ver varias baterías, el patio de armas, y por último una empinada escalera de piedra que conecta con la parte más elevada, desde la que se tiene una impresionante vista de los alrededores de Morella.
El castillo también tiene precio de entrada sobre unos 3€.
Después de la caminata para ver la fortaleza teníamos más que merecida una cervecita en alguna de las terrazas del pueblo y degustar un menú típico de la zona.
Hay varias actividades para hacer alrededor del pueblo con los niños... como parques de aventuras y rutas de senderismo... pero nosotros no llegamos a verlo.
En el mismo pueblo, muy cerca de la catedral, está el museo "Temps de Dinosaures".
En este museo podemos disfrutar con una reproducción a escala real de este imponente animal que habitó en estas tierras y hacer un viaje al centro de la tierra, donde grandes y pequeños recorren el apasionante mundo de la geología y la paleontología a través de la colección de fósiles del Cretácico.
Tampoco puedes irte de Morella sin comprar alguna de sus artesanías o llevarte algunas de sus pastas típicas.
Sin duda un destino recomendable para familias o parejas que busquen tranquilidad y experiencias rurales.