Hoy escribo desde una sensación agridulce.
Dan comienzo las vacaciones de Navidad y es momento para ser feliz, pasar tiempo en familia, vivir la ilusión de los peques, sentirnos muy afortunados y dar gracias por todo lo que nos da la vida.
Pero también se que pronto tendré que hacerle la maleta y estaré 8 días sin verla y sin hablar con ella.
Se tiene que ir y por más que pasan los años sigo sin acostumbrarme.
Es así... más de la mitad de los matrimonios acaban en divorcio y entonces llega un señor o señora con toga y dice que a partir de ahora la vida de tu hijo/a se divide en dos.
Podemos hablar de los derechos, de las obligaciones, de las quincenas y los fines de semana alternos... y claro que si, es así, la otra parte también tiene derecho a su mitad y los hijos a disfrutar dela otra parte.
Pero siendo sincera, la otra parte ya no es santo de tu devoción, habrá de todo y todos los casos y está claro que lo ideal es que todos nos llevemos bien y reine la paz y la armonía, pero en mi caso , como en el de muchas y muchos, no es así, y desde mi papel de mala madre después de muchos dimes y diretes, lo único que me importa es que mi hija pase unas bonitas navidades junto a su familia,
Porque cuando decidí tener un bebe nadie me avisó de que me perdería la mitad de los momentos especiales con ella, el 50% de sus risas, que viviría su vida a medias...
Puede parecer egoísta, pero,
¿Qué madre o o padre quiere pasar estas fechas sin sus hijos?
Escribo desde el corazón, se que hay situaciones peores (y las vivo muy de cerca), padres a los que se les niega el contacto con sus hijos, madres que piden que los padres vean más a sus pequeños... paradojas de la vida.
A veces lo llevas mejor y otras algo peor.
Yo os confieso que antes de tener a Edu evitaba cualquier reunión familiar, cabalgata o acto que me pudiera recordar que ella no estaba...
Ahora con el peque es distinto porque donde hay un niño hay ilusión y sea como sea hay que vivir la magia de la navidad para que el también tenga ese recuerdo especial.
Así que si estás en mi situación solo me queda decirte que disfrutes todos los días que puedas de tus hijos, que los vivas todos como si fuera el último y que cuando se tenga que ir sigas disfrutando porque sabes que pronto volverá y que no tendrás tiempo para descansar, leer o hacer todo aquello que siempre quieres y nunca puedes, ahora te toca a ti.
Pero también te quiero decir que tienes todo el derecho a sentirte triste en algún momento, a estar preocupada o a seguir sin entender porque ese señor o señora con toga dijo que tu hijo ahora solo es tuyo por mitad.